lunes, 10 de septiembre de 2012

Amor

Este verano señores sufrí una autorreflexión: con a la ausencia de la NFL, y con al tranquilidad de que empezaría fue entonces que empecé a ver a otras partes, pensando que sería muy fácil volver al viejo mito. Y es que señores no solo el cine terminó por envolver mi vida, sino que otros deportes habían llegado a ella. Así es mis estimados, dejé de mirar a la NFL con esa veneración para verla de otra manera.

Este verano el Miami Heat y Lebron James inundaron mi vida, ya había explicado en un artículo anterior la actuación de este tío en algunos partidos, como por ejemplo, en frente de los Celtics o en contra del Thunder en la gran final. Y déjenme decirles que los partidos de playoffs son bastante intensos, cualquier error pudieron haberlos costado, y la frustración de no poder detener al rival fue bastante fuerte, mas de una vez grite encontra de Rajon Rondo o de algún arbitro, pero mas bien el hecho de que algún jugador haga un partido inmaculado, y aún así no lo puedan ganar es verdaderamente terrible. Y ni hablar de la euforia que sentí cuando ganaron el campeonato, vaya, eso si se llama emoción, realmente fue excitante e increíble.



Pero no fue lo único: los Cardenales de la MLB también fueron grandes, se que no es el deporte mas espectacular e increíble que haya, pero nadie debe de decir nada, realmente es un juego muy sano, de mucha tradición, y que nadie debe de negar que ah tenido jugadas asombrosas. Además los tíos tienen su mérito, pegarle no es cualquier cosa. San Luis en particular tuvo un año raro: ganaron tantos partidos como pudieron en la primera parte de su calendario y después se dedicó a que sus aficionados se rascaran la cabeza y mentaran tanto como pudieron.



Pero señores, mi mayor debacle fue en Agosto, como por arte de magia prendí la tele y ahí estaba jugando el Manchester United, ese equipo, históricamente ganador, comandado por Sir Alex Ferguson y con leyendas del futból como Wayne Rooney, Ryan Giggs o Beckham, unas bestias totales, de repente me perdí: empecé a ver como atontado el deporte que había jurado odiar el resto de mi vida. Pero no, lo vi atontado, y celebrando cada gol del hattrick de Van Persie:


Si señores, fue algo extraordinario, entonces me di la vuelta, (no literalmente) y me dije: "¿que demonios me está pasando?", si señores, estaba embobado, ya no necesitaba de la NFL para sobrevivir.

Lo peor fue cuando llegó el día inaugural: no tuve esa excitación que había sentido el año pasado ni en el Super Bowl, no, había muerto.

Entonces, pasó algo celestial: Navorro Bowman saltó por los aires, se cruzó con la mirada de Aaron Rodgers y le robó el balón, ahí solo pude pensar algo: "que cojones, a la mierda el United, el Heat y los Cardenales" y festejé, festejé por que fue glorioso y enorme, extraordinario, increíble, (no hay vídeo disponible).

Y es que señores lo digo abiertamente: AMO EL FOOTBALL CON TODA MI ALMA, es lo mas hermoso que puede existir, se me olvido le mundo por un momento, no me moví y vi el partido con los ojos abiertos como platos.

No estoy listo para el resumen de la jornada, eso es mañana, pero hoy por hoy la NFL es la mejor liga del mundo.

Larga vida al football y a Navorro Bowman


A, y ni siquiera han jugado los Raiders.


Correo: ocap_300@hotmail.com  / Twitter: @clarkmorales



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